La Fortaleza del Terror

En esta Ciudad de México, sobre insurgentes, entre las calles de Medellín y Aztecas existe una construcción de muy extraña reputación: El Condominio Insurgentes, famoso por los supuestos fenómenos anómalos que se presentan en el.

En la siguientes fotografías (dar click para agrandar) se aprecia el terrible estado de deterioro del edificio, pisos completamente abandonados donde según se refieren las leyendas urbanas se han avistado gente muerta, luces y sonidos muy perturbadores.

Aparentemente solo lo habita gente extraña: según cierta persona que habló con el autor el día de su visita al lugar. Nadie los conoce ni sabe a que se dedican, solo se los ve esporádicamente salir y entrar; nunca hablan con nadie.

Solo los primeros pisos están habitados, mas arriba según se nos dijo; ni los habitantes se atreven a subir.


Sobre Insurgentes el No. 300 es el lugar maldito para algunos, pero últimamente ha cobrado fama por lo que se dice sucede dentro, en especial en los últimos pisos.

Se nos recomendó visitarlo solo en horas diurnas, puesto que las personas que nos hicieron mención de ello, a su vez recibieron la misma advertencia.



Debido a los frecuentes e interesantes rumores su servidor y el dueño del blog Lust of Hell, el tal Godhand, decidimos visitar el lugar para corroborar por nosotros mismos las leyendas. Llegamos por la cara de Insurgentes y rodeamos la manzana que ocupa el edificio en su totalidad.


La cara mas deteriorada es la cara de Medellín, donde toda la planta baja parece haber sido abandonada hace décadas. Solo un local de fotocopias funciona actualmente. Incluso algunos dicen ahí, en la cara abandonada suceden cosas raras.





Rodeando el edificio también observamos que algunas vetanas fueron tapiadas con maderas y sábanas. Según los rumores, de noche se pueden ver luces en los pisos abandonados.






La entrada no está restringida, así que es posible subir por las escaleras y adentrarse en aquel lugar. Al principio solo se nota una corriente fría del aire, sin embargo al subir las escaleras la oscuridad comienza a hacerse presente.

Un olor fétido envuelve el lugar, así como una humedad intensa. Se siente una tensa calma y el eco amplifica nuestros pasos.




Por supuesto que tuvimos que subir solo nosotros dos, en los pisos habitados en ocasiones se oye música antigua a todo volúmen que cesa tan rápido como empezó.


Los corredores abandonados y deteriorados estan sumidos en la penumbra, lo que dificulta la captura de imágenes. Decidimos quedarnos estáticos en un corredor abandonado, solo silencio, pero al cabo de un tiempo se puede oir un sonido apagado, como si rolleran las paredes.

Obviamente no nos aventuramos a seguir subiendo, si bien no pudimos ser testigos de eventos paranormales, al menos si queda claro que es un lugar fuera de lo común.

Se invita a quien quiera unirse a una futura expedición con mas participantes en donde subiremos hasta el último piso del lugar. El edificio domina el paisaje urbano y es muy fácil de reconocer por si algún lector gustara de visitarlo en solitario.